Han pasado más de cinco meses y el gobierno de Maduro sigue paralizado. Los más importantes miembros de la cúpula chavista han viajado a China a buscar dinero fresco que permita paliar la crisis económica en tanto el Gobierno encuentre un mecanismo que le permita corregir, al menos en parte, el desastre económico dejado por Hugo Chávez.
Faltaba que el mismo Maduro fuera a China, pero aparte de las promesas de grandes inversiones, el pragmatismo chino, con las arcas llenas de dólares, no cree en alianzas solidarias. Han ido por todo el mundo tras las materias primas y trasladado las grandes industrias a su territorio, sostenida con la mano de obra más barata del planeta, sin sindicatos y sin leyes laborales. A parte de una nueva línea de crédito a cambio de nuevos contratos y concesiones mineras, dinero fresco no habrá. De modo que parecen inútiles los millones de dólares que se gastaron en el viaje a China salvo el disfrute turístico aprovechado por la abultada comitiva compuesta por familiares del jefe del Gobierno.
Desde el 14 de abril se anuncian vías para abrir la economía y frenar la inflación y la escasez, pero al parecer llegaremos a finales de año sin la vía para abrir el dólar paralelo. Mientras tanto se cubren las cuentas por pagar con el dinero inorgánico que está emitiendo el BCV creando un ciclo perverso que hace cada vez más caros los productos de consumo. Aunque oficialmente no se ha producido una nueva devaluación, ésta ya es un hecho a partir de un dólar a 6,30 prácticamente inexistente.
Los voceros del Gobierno insisten en culpar a los productores, reprochando que todos quieren divisas, sin reconocer que fue el mismo Gobierno el que eliminó las casas de Bolsa y la posibilidad de la obtención de divisas en el mercado paralelo, impidiendo a las empresas adquirir las materias primas y tecnología necesaria para producir.
Al mismo tiempo el proceso de estatizaciones creó un monstruo al que hay que alimentar y ahora no hay empresa petrolera que pueda sostener a la burocracia roja creada por el chavismo. Ni siquiera las empresas estatizadas son capaces de sostenerse por sí mismas de no ser por el auxilio financiero que se le exige a Pdvsa y que al final terminará comprometiendo a la principal fuente de ingresos del país.
Mientras se busca dinero afuera, se emiten billetes sin respaldo y los radicales del chavismo buscan la manera de abrir un poco la economía sin que los tilden de liberales, Maduro se refugia en presuntos atentados, en las fallas del Airbus y en las narcomaletas, para olvidarnos un poco de su fracaso como gobernante.
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