6/03/2013 09:52:00 p.m.
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El ya fallecido tte coronel llegó a la presidencia de Venezuela en 1998 con la promesa electoral de acabar con la corrupción administrativa y el manejo impropio de los dineros del Estado. Sin embargo en estos 15 años de "desgobierno" hemos podido observar cómo la "transferencia ilegítima de lo público a lo privado" ha pasado de ser un hecho coyuntural a algo cotidiano.

La grabación escatológica de Mario Silva donde describe los niveles de descomposición moral existentes en el gobierno, incluyendo el nombre de connotados dirigentes del oficialismo y demuestra en forma fehaciente el grado de putrefacción que existe en el seno del socialfascismo bolivariano.

Evidencia que la administración de nuestra riqueza nacional ha pasado de ser no satisfactoria durante la partidocracia adeca-copeyana, a caótica en tiempos de la "robolución" bolivariana.

Uno de los legados históricos, posiblemente el más importante, que nos dejó el ahora huésped del Cuartel de la Montaña ha sido una camada de corruptos y cínicos en el seno de la nomenclatura socialfacista bolivariana.

Falsos profetas que hoy forman parte de una nueva clase social(la boliburguesía) conformada por contratistas del Estado, funcionarios y amigos del régimen, miembros de la fuerza armada quienes han logrado inexplicablemente fortunas de magnitudes superlativas producto de la malversación de recursos del Estado, de fraudes financieros y cambiarios.

Estamos ante un régimen carcomido por una corrupción masiva, donde existe una total incoherencia entre lo que dice y lo que se hace. Donde los ideales "éticos socialistas" no pasan de ser simples posturas electoreras o consignas para el público de galería.

En estos años de socialfascismo más de mil quinientos millones de millones de dólares han sido despilfarrados en proyectos improvisados, compra de solidaridad de gobiernos extranjeros, adquisiciones militares, etc., pero fundamentalmente en actos de corrupción.

El Palacio de Misia Jacinta, PDVSA, CADIVI, los entes ministeriales, etc., se han transformado en verdaderas guaridas de antisociales desde donde operan las diferentes bandas que se disputan contratos sin licitaciones, sobornos y comisiones, dólares preferenciales con fines especulativos, etc.

Los supuestos "quijotes morales" de la revolución -Cabello, Ramírez, Rangel, entre otros han resultado ser unos siniestros delincuentes de siete suelas. Han utilizado sus "convicciones socialistas" para enriquecerse grotescamente desde el poder.

Estamos ante una supuesta revolución dirigida por una derecha fascista y una manada de corruptos que han sepultado los sueños y esperanzas de cientos de miles de venezolanos.

El socialfascismo bolivariano ha institucionalizado el tráfico de influencias, el chantaje y la corrupción. Su tan cacareado hombre nuevo, "moralmente superior", ha resultado ser un mafioso, mentiroso y desvergonzado sujeto vinculado a negocios turbios e ilegales.

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