Los venezolanos ya no tienen ninguna certeza sobre Nicolás y su combo del Palacio. Una mentira encima de otra, una incompetencia sumándose a otra, un fracaso tras otro han hecho que hasta su propia militancia deje de creerle.
Si hay algo que defina la nueva manera de hacer política en el mundo, cerca de la gente y logrando soluciones, es la transparencia. Pero todos sabemos que si algo tiene esos que hoy ocupan Miraflores como base de su manera de hacer política es oscuridad, malas mañas y asuntos turbios. Incluso, tienen la cara tan dura que ahora vienen con el cuento de que están llevando a cabo una lucha contra la corrupción.
Eso que han orquestado desde la alta cúpula del partido de gobierno no es una lucha contra la corrupción, sino una cacería en contra de los líderes políticos que han puesto en evidencia todas sus incompetencias. Pero si algo nos quedó claro a mí y a mi equipo de trabajo, cuando el pueblo me eligió como Gobernador de Miranda, es que un liderazgo que ofrece soluciones y transparencia puede derrotar a la oscuridad.
El pueblo sabe más que nadie cómo han ido llenándose de plata sin ninguna vergüenza, dejando a los venezolanos al final de su lista de prioridades. Sobre todo a quienes en algún momento depositaron su esperanza en un proyecto que ya caducó, víctima de su propia ineficacia.
La cosa es que debemos saber cómo atender todas las fracturas que esta manada de ineficaces le ha generado a Venezuela. A los corruptos del gobierno les conviene generar estas cortinas de humo políticas, para esconder el otro desastre que han generado, haciendo que el venezolano esté pasando más trabajo que nunca.
No saben cómo salir de la trampa que se hicieron a punta de embustes en la Economía. No tienen idea de cómo recuperar la producción nacional. No les interesa que nuestra moneda se recupere. No hallan cómo tapar la cantidad de denuncias y de casos de corrupción que consiguen dentro de sus propias filas. No saben gobernar y se les va la vida atornillándose en los cargos.
Y los resultados de las elecciones del 14-A los siguen preocupando demasiado. Aunque tengan secuestradas las instituciones, saben cuáles fueron los verdaderos números y la trampa ya se les puso demasiado cuesta arriba. Y si algo les da miedo a los corruptos es saber que en apenas cien días han perdido mucho más apoyo del que tenían cuando llegaron al poder.
Tienen suficientes datos que se lo dicen claramente: ya ni siquiera su gente les perdona una más. Tienen tanto miedo que lo único que les queda es estimular la abstención de nuestra gente en las elecciones municipales, porque saben que hasta su militancia está harta de tanta incompetencia. Tienen tantas cosas que explicarle al país que ahora subrayan la crisis de las instituciones, intentando que nuestro electorado dude sobre votar o no el 8-D.
Ha quedado constancia una vez más de que el pueblo venezolano está dispuesto a manifestar abiertamente que está en contra de los abusos de poder, del secuestro de las instituciones y de la cacería política que intenta ocultar todos los expedientes que se amontonan en la conciencia de tus cómplices, Nicolás. Y te repito: ya ni tu militancia les cree.
El pueblo no es pendejo y sabe muy bien que quienes se han dedicado a engordarse los bolsillos son los que ahora empiezan una cacería, con la complicidad de las instituciones que tienen secuestradas a punta de real y extorsión. Y la comandan los mismos malamañosos que se robaron hasta los bombillos cuando estuvieron en la Gobernación de Miranda y que hoy, que están más cerca que nunca del dinero de los venezolanos, deben seguir con los mismos vicios, pero a escala nacional y con el poder intoxicándolos y volviéndolos locos.
Y la crisis de las instituciones tiene un culpable: tú, tu ineficacia, tu incapacidad para sacar al país de la crisis y de las consecuencias de mantener a tu equipo de enchufados, que ya están viendo cómo salvar lo que se han robado cuando la verdad termine de imponerse sobre tu gobierno de cháchara y embuste, al que cada vez le queda menos apoyo popular.
Ese poder que tienen sólo lo utilizan para beneficio personal. A estas alturas no hay ni una sola cosa de la cual pueda sentirse orgulloso alguno de los que ocupa las sillas del Palacio de Miraflores, porque es imposible que algo les salga bien si los basamentos de cada una de sus decisiones son la mentira y el abuso.
Yo he vivido en carne propia lo que este gobierno le hace a quienes deciden trabajar a favor de quienes más lo necesitan, sin chantajes políticos ni exclusión. Pero también sé que cuando se tiene la razón y se lucha a favor de la verdad, no hay manera de que ese manojo de corruptos que está desangrando al país se salga con la suya. Gracias a esa lucha cuento con un respaldo popular incuestionable y evidente, pero también pude superar todos esos obstáculos porque ese mismo pueblo nunca dejó de acompañarme.
Y por eso les digo que ya pueden ir contando con que desde ahora hasta el 8-D seguiremos llenando las calles con la esperanza y la fuerza de quienes tienen a la verdad de su parte. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero yo les digo que vamos con rumbo seguro y haciendo las cosas bien. ¡Juntos es como vamos a construir el futuro que merecemos!
Que Dios bendiga a Venezuela. ¡Sigamos adelante y sin miedo!
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