11/21/2013 09:40:00 a.m.
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Rafael Venegas. Secretario General del partido Vanguardia Popular
Venezuela es una economía rentista dependiente del petróleo, con un sistema de control cambiario en el que las divisas provienen 90% del negocio petrolero; con importaciones equivalentes al 60% del consumo nacional; con un sistema de control de precios, con una gigantesca red de distribución de productos en manos del Estado (Pdval, Mercal, Mercalito, Abastos Bicentenario y otros); con el monopolio estatal de los principales servicios públicos e instituciones como Indepabis y Sundecop, cuya misión es vigilar los costos de producción, fijar los precios de los productos y garantizar que se cumplan las regulaciones. 
En manos del Estado están las empresas básicas de Guayana, Agropatria y más de 5 mil hectáreas de tierras productivas expropiadas, los principales centrales azucareros, el matadero industrial más grande y moderno de Latinoamérica, el 52% de la producción de harina precocida y pare usted de contar. Mientras el Gobierno ha manejado los más altos ingresos petroleros y fiscales de su historia, la nación ha sido endeudada en más de $240.000.000, importamos productos por un monto de $60.000.000 anuales, registramos un déficit fiscal cercano al 20% del PIB y una inflación anualizada de 54%, la más alta del mundo.
He allí las causas de fondo de la crisis económica que sufrimos, incluidas la especulación y usura, cuya presencia testimonia la ineficacia y corrupción de las instituciones llamadas a combatirlas. Lo demás en un irresponsable show publicitario que juega con el drama que sufre nuestra gente ante la escasez y la carestía de la vida; que de hecho, si no de propósito, estimula la violencia, en medio de peligrosas tensiones sociales acumuladas y de un clima de agresividad e intolerancia que se ha instalado en la sociedad.
Su objetivo principal e inmediato es meramente electoral: de cara a los comicios municipales del 8D, se intenta reconquistar los favores del pueblo que en 70%, según todas las encuestas, considera la escasez, la inflación, el desempleo y la inseguridad como sus principales problemas, de lo cual responsabiliza al gobierno de Maduro. 
Se trata de decirle a la base social chavista, descontenta y desencantada ante la gravedad de la crisis, que todavía hay razones para seguir votando por ellos, mientras buscan desestimular el voto opositor creando un clima de incertidumbre y desesperanza que alimenta el escepticismo, la impotencia y la abstención.    
En otras palabras, repolarizar.

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